Israel elimina al nuevo jefe del Estado Mayor iraní en ataque de precisión
Israel confirma la eliminación del Mayor General Ali Shadmani, jefe del Estado Mayor iraní, en un ataque de precisión. La operación marca una escalada directa contra la cúpula militar de Irán.
En una operación quirúrgica que sacude la cúpula del poder militar iraní, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la eliminación del Mayor General Ali Shadmani, recientemente nombrado jefe del Estado Mayor de Irán.
El ataque fue ejecutado durante la madrugada del lunes contra un búnker subterráneo en las afueras de Teherán, donde según inteligencia israelí, altos mandos militares estaban reunidos planificando nuevas ofensivas contra Israel.
Confirmación oficial desde Jerusalén
El portavoz de las FDI, general Daniel Hagari, aseguró que el ataque fue “preciso, legal y necesario para la defensa de Israel”, y que Shadmani era responsable directo de “acciones ofensivas contra civiles israelíes”.
“No buscamos guerra, pero no permitiremos que líderes militares que planean nuestra destrucción operen con impunidad”, declaró Hagari.
Reacción iraní: “Un asesinato declarado”
Desde Teherán, el régimen condenó el ataque como un “acto de guerra directa y un asesinato dirigido”. El líder supremo, Ali Khamenei, prometió una “respuesta equivalente y devastadora” en las próximas horas, y decretó tres días de luto nacional.
Medios estatales iraníes ya han iniciado transmisiones continuas con llamados a la resistencia nacional y mensajes de unidad contra “la agresión sionista”.
Perfil de Ali Shadmani
Ali Shadmani era considerado un estratega clave dentro del aparato militar iraní. Su ascenso a jefe del Estado Mayor fue interpretado como un endurecimiento de la postura del régimen frente a Israel y Occidente. Su muerte supone un golpe significativo para la coordinación de las fuerzas armadas iraníes en plena escalada bélica.
Escalada sin freno
La operación se suma a una serie de ataques cruzados entre Israel e Irán, en lo que analistas ya consideran el punto de mayor tensión en la región desde 1979. Las capitales europeas y Washington han elevado sus niveles de alerta ante el riesgo de una guerra regional abierta.
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