China supera a EE.UU. en construcción naval, lo que aumenta la alerta de seguridad nacional
Un solo astillero en China produjo más barcos comerciales en 2024 que todos los astilleros de Estados Unidos juntos desde la Segunda Guerra Mundial. Los expertos señalan un grave riesgo para la seguridad nacional estadounidense.
Washington, 1 de abril de 2025 –
La industria naviera mundial ha entrado en un nuevo nivel de desequilibrio. Un solo astillero en China produjo más barcos comerciales solo en 2024 que todos los astilleros de Estados Unidos juntos desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La sorprendente estadística ha suscitado serias preocupaciones entre los estrategas militares y economistas de Estados Unidos, que lo ven no sólo como un hito industrial, sino como una amenaza directa a la seguridad nacional.
“Nos enfrentamos a un abismo industrial. El dominio de China en el sector naval pone de relieve nuestra vulnerabilidad como nación en tiempos de conflicto”, declaró un analista de defensa de alto nivel que habló bajo condición de anonimato. La valoración es compartida por varios expertos que advierten de la pérdida de la capacidad estratégica estadounidense para producir buques a gran escala, algo vital para la logística militar, el comercio internacional y la respuesta a emergencias.
Tras bastidores en el Congreso, miembros de ambos partidos ya están articulando proyectos que apuntan a reactivar la base industrial estadounidense, con especial foco en la industria de defensa y la infraestructura marítima. La situación actual se considera una señal de urgencia, especialmente dado el crecimiento de la flota china en el Mar de China Meridional y el aumento de la tensión en torno a Taiwán.
“No se trata solo de competitividad económica. La supremacía industrial naval es una pieza clave en el tablero geopolítico global”, recalcó el profesor David L. Schuster, de la Universidad de Georgetown.
El informe que reveló el número récord de barcos fabricados también señala que China invirtió fuertemente en automatización, subsidios y mano de obra técnica especializada para alcanzar tales niveles de producción. Mientras tanto, los astilleros estadounidenses se enfrentan a un aumento de los costos de los materiales, una escasez de trabajadores calificados y una burocracia que sofoca la innovación.
Si nada cambia, advierten los expertos, Estados Unidos corre el riesgo de perder no sólo su liderazgo económico, sino también su capacidad de proteger sus intereses en el escenario internacional.
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