Un nuevo capítulo de tragedia sacudió la Franja de Gaza este jueves, 19 de junio de 2025, a las 12:49 AM CEST, cuando ataques perpetrados por Hamas resultaron en la muerte de más de 70 personas, según información del Ministerio de Salud palestino. Los disparos, que alcanzaron indiscriminadamente a niños, mujeres y hombres, ocurrieron en medio de crecientes protestas de la población local contra el grupo militante, exponiendo la creciente revuelta interna mientras la guerra con Israel y los recientes ataques de Irán dominan el escenario regional.
Los incidentes comenzaron a intensificarse cuando palestinos, exhaustos por la crisis humanitaria y la violencia continua, tomaron las calles para protestar contra Hamas, acusándolo de agravar su sufrimiento. Relatos de testigos describen escenas de caos, con manifestantes exigiendo el fin de la guerra y mejores condiciones de vida, pero la respuesta de Hamas fue brutal: miembros armados del grupo abrieron fuego contra la multitud, matando a decenas e hiriendo a muchos otros. La cifra, que inicialmente se estimó en decenas, superó los 70 muertos conforme los cuerpos eran contabilizados en hospitales de campaña abarrotados.
El Ministerio de Salud palestino, que opera bajo la administración de Hamas, confirmó los números, aunque los detalles permanecen fragmentados debido a la falta de acceso seguro para equipos de rescate. Entre las víctimas se encuentran niños y mujeres, destacando la naturaleza indiscriminada del ataque. Imágenes que circulan en redes sociales muestran cuerpos esparcidos por las calles y familiares en desesperación, mientras sirenas y gritos resuenan en las áreas afectadas, como el barrio de Jabalia, en el norte de Gaza.
El contexto se agrava por la guerra en curso entre Israel y Hamas, que se intensificó tras el ataque del 7 de octubre de 2023, y por la reciente escalada de tensiones con Irán. Mientras Israel responde a los ataques iraníes con operaciones militares, la atención internacional se divide, permitiendo que Hamas enfrente menos escrutinio por su represión interna. Las protestas contra el grupo, que comenzaron a ganar fuerza en los últimos meses, reflejan la frustración de una población que acusa a Hamas de priorizar la guerra contra Israel en detrimento de sus necesidades básicas, como comida y refugio.
Testigos afirman que Hamas reaccionó con violencia extrema para sofocar la disidencia, usando armas pesadas contra civiles desarmados. “Dispararon sin previo aviso, matando incluso a niños que solo pedían pan”, relató un sobreviviente anónimo en una entrevista con activistas. Este comportamiento se alinea con reportes previos de represión, incluyendo ejecuciones sumarias y el uso de civiles como escudos humanos, tácticas de las que el grupo ya ha sido acusado para mantener el control sobre Gaza.
La comunidad internacional observa con preocupación, pero la respuesta ha sido tímida. Organizaciones humanitarias, como la ONU, condenaron la violencia, pero enfrentan dificultades para acceder a la región e investigar los hechos. Mientras tanto, Israel, que continúa su campaña militar contra Hamas, no comentó directamente los eventos internos, centrando sus declaraciones en las operaciones contra objetivos iraníes. Críticos señalan que la fragmentación de la narrativa permite que atrocidades como esta queden oscurecidas por la geopolítica más amplia.
El impacto humanitario es devastador. Con más de 55.000 palestinos muertos desde el inicio del conflicto con Israel, según el Ministerio de Salud, las muertes causadas por el propio Hamas añaden una capa de tragedia interna. Hospitales ya sobrecargados luchan por atender a los heridos, mientras la población, rehén de un bloqueo y de la opresión del grupo que la gobierna, ve disminuir su esperanza. Las protestas, aunque reprimidas, indican una grieta en el control de Hamas, lo que podría señalar cambios futuros o más sangre.
Hasta que se encuentre una solución, Gaza sigue siendo un campo de batalla interno y externo. Los gritos de dolor que resuenan en las calles son un llamado silencioso por paz, pero, por ahora, son ahogados por las armas de Hamas y el rugido de la guerra más amplia. La cifra de 70 muertos podría aumentar a medida que se descubran más cuerpos, y la pregunta permanece: ¿hasta cuándo la población pagará el precio más alto por un conflicto que parece no tener fin?